Adiós a la cicatriz de la operación de tiroides
¿Le han operado alguna vez de tiroides? ¿Ha sufrido al comprobar que, después de la operación, le ha quedado una cicatriz en el cuello? Pues ahora esto puede convertirse en un problema del pasado. La tecnología avanza y un equipo de cirujanos de la Clínica Universidad de Navarra ha aprovechado las nuevas técnicas para aplicarlas a la cirugía de tiroides. Así, cada vez que se mire al espejo, no tendrá que recordar su paso hospitalario en forma de cicatriz en la garganta.
Para hacer frente a este problema, un grupo de especialistas en el área de Patología Tiroidea han aprobado con nota las primeras tres intervenciones en España en las que han utilizado el robot Da Vinci, un sistema que permite intervenir a pacientes con problemas en la glándula tiroidea através de la axila, evitando operar directamente en la garganta y, con ello, que pueda quedar una antiestética cicatriz.
La técnica, originaria en Asia, ha empezado a exportarse al mundo con bastante rapidez. "Hace años que en países como Japón o Corea -que por su cultura las cicatrices en la garganta están mal vistas- se interviene a través de la axila, pero ahora con esta nueva tecnología se consigue simplificar esa operación de forma notable. Después de Asia, dio el salto a EEUU hace un par de años y ya cuenta con más de 1.500 pacientes que han sido intervenidas con esta nueva tecnología. Ahora llega a Europa y nosotros hemos sido los primeros en aplicarla en España", comenta a ELMUNDO.es el doctor Juan Alcalde, especialista en Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra.
"Ciertamente, aunque en general el resultado estético que la cirugía convencional deja en el cuello es aceptablemente bueno, alrededor del 5% de los pacientes desarrolla una cicatriz hipertrófica -es decir, el crecimiento exagerado del tejido cicatricial- u otro tipo de señales con el deterioro estético que esto conlleva", explica el doctor Alcalde.
Esta técnica transaxiliar está indicada principalmente para la extirpación del bocio nodular (es decir, cuando aumenta el tamaño de la glándula tiroides por la presencia de nódulos en su interior), de carcinomas foliculares de tiroides inferiores a dos centímetros, y de aquellos afectados por hiperparatiroidismo, una patología que se produce cuando hay una segregación anormalmente mayor de la hormona paratiroidea.
"En estos casos, y aunque en la actualidad hay una apuesta importante por la cirugía tiroidea mínimamente invasiva, lo cierto es que a la hora de tener que extraer de forma parcial o total de glándula tiroides, con Da Vinci nos ahorramos cualquier cicatriz en la garganta y, además, gracias a la precisión de este robot, la intervención se realiza con una única incisión en la axila", indica el doctor Alcalde.
Fuente:El Mundo.es
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