Viven y se multiplican. Y si ellos pueden, quizás nosotros también lo hagamos en el futuro. Un equipo de científicos de la Universidad de Notthingham (Gran Bretaña) ha confirmado que unas criaturas microscópicas, los gusanos Caenorhabditis elegans (C. elegans), son capaces de desarrollarse y procrear en el espacio, en condiciones de microgravedad. Los gusanos, unos 4.000, fueron enviados a la Estación Espacial Internacional (ISS) a bordo del transbordador espacial Discovery. Se reprodujeron doce generaciones. Muchos científicos, incluido el genial físico británico Stephen Hawking, creen que la supervivencia de la humanidad dependerá de la colonización de otros planetas, así que el éxito del C. elegans, en muchos aspectos biológicos similares a los humanos, puede suponer el primer paso a la esperanza, si alguna vez nos vemos obligados a dejar la Tierra
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Según publican los investigadores en la revista Interface de la Royal Society, en el espacio los gusanos se desarrollaron desde su nacimiento hasta la edad adulta y tenían descendencia de la misma forma que en la Tierra. «Hemos sido capaces de demostrar que los gusanos pueden crecer y reproducirse en el espacio durante el tiempo suficiente para llegar a otro planeta y que podemos controlar su salud a distancia», dice el investigador Nathaniel Szewczyk, responsable del estudio. Además, los animales ayudan a los científicos a entender los efectos de la ingravidez y los altos niveles de radiación que se experimentan en el espacio
Esto los convierte en una forma experimental ideal y rentable para estudiar los posibles efectos de la exploración espacial de los seres humanos a largo plazo. «Aunque suene a ciencia ficción, es un hecho que si la humanidad quiere evitar el orden natural de la extinción, tendremos que encontrar formas de vivir en otros planetas», apunta Szewczyk.
Músculos debilitados
El C. elegans, un nematodo de aproximadamente 1 mm de longitud que pone entre 200 y 300 huevos, fue el primer organismo multicelular del que se dio a conocer toda su estructura genética. Muchos de sus 20.000 genes «funcionan» igual que los de los humanos, y un par de miles están relacionados con las funciones musculares. De hecho, este gusano ha sido utilizado por los científicos en numerosas ocasiones para ayudar a la comprensión de la biología humana, por lo que ahora Szewczyk cree que puede ayudar a los investigadores a conocer cómo colonizar otros planetas como, por ejemplo, Marte.
Los científicos mostrarán los resultados de sus experimentos con los gusanos en los próximos meses. Uno de los aspectos más importantes de estos estudios se centra en los efectos de la gravedad sobre los músculos, que parecen deteriorarse lejos de la fuerza gravitacional de la Tierra, algo que se observa en los astronautas y que supone un impedimento crucial para las misiones tripuladas a larga distancia.
Fuente:ABC.es
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