Cine dominicano tiene 89 años
El trayecto marcado por el cine dominicano que llega comercialmente a pantallas, es una ruta condicionada por las realidades políticas de dictadura o democracia por la evolución de las tecnológicas cinematográficas, realizado a partir del espíritu creativo de quienes han visto en el cine una modalidad de expresión de aspiraciones, por la certidumbre en que es posible hacerlo un buen negocio por parte de quienes se arriesgaron en invertir en cine (antes de la Ley Nacional de Cine), con resultados muy positivos o muy negativos, según el caso.
Al analizar el Catálogo del Cine Dominicano, primer documento oficial que expone el conjunto de películas nacionales que se llegaron a exhibir comercialmente, factor que descarta aquellas que no llegaron a cartelera, los cortometrajes, los documentales y muchos trabajos audiovisuales, realizados inicialmente para televisión u otros fines.
El catálogo, editado por el Vice-Ministerio de Asuntos Cinematográficos del Ministerio de Cultura, que dirige Marlon Soto, con el apoyo en la recopilación y redacción del crítico Félix Manuel Lora. 54 son las producciones presentadas, abarcando desde la primera consignada La leyenda de Nuestra Señora de la Altagracia, escrita, dirigida, editada y filmada por Francisco Arturo Palau Pichardo, con la colaboración en el guión del historiador Bernardo Pichardo. En el ritmo de producción de películas se registra, entre la segunda (Las emboscadas de Cupido, Francisco Antonio Palau, 1924) y La Silla (Franklin Domínguez 1963, ésta última lastimeramente perdida), se verifica un silencio de 34 años que determina la dictadura trujillista, durante la cual solo se registran documentales para televisión y exhibición en eventos, todos de loa al régimen del tirano.
Los dos géneros de mayor incidencia en el cine dominicano son el drama y la comedia, con 21 proyectos cada uno. Los menos utilizados hasta el momento son el triller y el cine animado, con uno por renglón. Películas de terror hay dos: Andrea (Roger Bencosme, 2005) y Enigma (Animado tiene solo a Tres al Rescate, de los Hermanos Morillo. 2011), igualmente merecedora de importantes premios internacionales. Tras la caída de la dictadura, se produce otro vacío entre La Silla (que no es técnicamente una película en el sentido entendido hoy), hasta el rodaje y exhibición de Un pasaje de ida, en 1988, de Agliberto Meléndez, que se puede considerar como la primera gran película dominicana, dignamente realizada al costo de préstamos hipotecarios que asumió su director, y que obtuvo 12 premios internacionales. Son54 son las producciones catalogadas desde la primera consignada, La leyenda de Nuestra Señora de la Altagracia, escrita, dirigida, por Francisco Arturo Palau Pichardo, hasta I Love Bachata, (Roberto Angel Salcedo).
Los dos géneros de mayor incidencia en el cine dominicano son el drama y la comedia, con 21 proyectos cada uno. Los menos utilizados hasta el momento son el triller y el cine animado, con uno por renglón.
Las más
La película de mayor impacto ha sido Nueva Yol, (Angel Muñiz, 1995) gracias al efecto novedad y a una campaña de mercadeo bien estructurada, pero sin los precios de taquilla de hoy, por lo cual es imposible la comparación en ventas.
La que tiene mayor asistencia Sanky Panky, con 775 mil entradas, seguida de Lotomán que superó 600 mil boletas.
Las más premiadas son Jean Gentil (Guzmán Cárdenas, 201) y Un pasaje de Ida (Agliberto Meléndez,1988).
Fortunato
René Fortunato. Investigador histórico y artista de la imagen en el género, es el principal trabajador profesiomal del género documental, gracias al cual se ha podido reconstruir períodos históricos recientes. El abrió el camino del documental en gran pantalla y ha dado ejemplo para el mercadeo de sus videos
Fuente:El Nacional de Ahora
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