Durante los días de mucho calor, refrésquese cada vez que lo necesite.
Beba agua abundantemente y consiga que niños y ancianos también lo hagan.
Protéjase de la exposición directa al sol.
Evite realizar esfuerzos físicos en las horas de más calor.
Permanezca el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados.
Use ropa clara, ligera y que deje transpirar.
Tenga en cuenta que las altas temperaturas afectan especialmente a niños, mayores y enfermos crónicos.
Mantenga sus medicinas en lugar fresco, el calor puede alterar su composición y su efecto.
Evite la exposición al sol en las horas centrales del día ( de 12 a 17 horas).
Evite exposiciones prolongadas o dormirse al sol.
Proteja adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol.
Proteja especialmente a los niños y evite que los menores de tres años estén expuestos al sol.
Si está tomando medicación, compruebe que ésta no afecta a la sensibilidad a la radiación ultravioleta.
No olvide que el riesgo de quemaduras solares se incrementa con la altura.
Fuente:El Mundo.
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