Aristóteles tenía razón: no es bueno comer de pie
Existen varios estudios al respecto, pero ninguno ha llegado a una resolución final.
Platos sujeta copas para comer de pie creados en 2006.
El trabajo o los estudios demandan tanto tiempo que a veces no te detienes un momento para comer con tranquilidad. Así es como almuerzas un sándwich mientras caminas o comida rápida en una fuente de soda que ni siquiera tiene espacio para sentarse y debes hacerlo en la barra. De pie.
Aristóteles en su época ya recomendaba comer sentado frente a una mesa para favorecer la digestión. Sin embargo en la antigua Grecia la mayoría de las personas comían recostadas al igual que algunos países asiáticos.
Según un estudio encabezado por Gregory J. Privitera, de la Universidad de Saint Bonaventure, New York, sostienen que el fenómeno de la velocidad de ingesta de alimentos cuando se está de pie afecta la sensación de saciedad. Su conclusión fue que al comer rápido no nos satisfacemos, provocando que comamos más de lo indicado.
Popularmente se cree que comer de pie causa dispepsia (hinchazón), indigestión y gastritis. Pero no es del todo verdadero. No es que haga mal, sino que no es la posición ideal. Según Pamela Díaz, nutricionista de la Clínica Alemana comer de pie hace que “nuestro cuerpo derive sangre hacia la musculatura de las piernas, dejando con menos flujo al tracto intestinal, entorpeciendo la llegada de elementos necesarios para el transporte de nutrientes al resto de los órganos”.
De acuerdo al Sistema Nacional de Salud de Inglaterra y Gales, la dispepsia no es producida por la postura al comer, sino que otros hábitos como fumar, consumir alcohol y una alimentación desequilibrada.
La especialista de la Universidad de Chile dice que no necesariamente comer de pie provoca indigestión, que depende de cada persona y del tipo de alimentos que se consuma. “Probablemente si es una dieta alta en grasas la digestión sea más lenta. Algunas personas recurren a una caminata después de comer para “digerir” mejor los alimentos, esto es porque junto con los efectos de la gravedad para que los alimentos avancen por el tubo digestivo, aumenta el peristaltismo (movimiento natural y fisiológico del organismo para la absorción de nutrientes), agrega.
Recomendaciones
Como bien decía Aristóteles, la mejor posición para comer es sentada con ambas piernas apoyadas en el suelo y sin distractores como televisión, computador o revistas. Se debe masticar lento para darle tiempo al cerebro de asimilar la ingesta de alimentos y darle señal para inhibir el apetito. Es necesario, además, descansar después de comer para que el flujo de sangre se concentre en el estómago e intestino y así absorber mejor los nutrientes.
Es por eso que da tanto sueño después de almuerzo: hay una cantidad mínima de concentración de sangre que llega al cerebro porque la mayoría está trabajando en la digestión.
Si bien ninguna de estas investigaciones es definitiva, porque no se puede comprobar lo contrario, es importante que comer sea un momento de conciencia, de una instancia social para compartir en familia, con la pareja o con los amigos, pero siempre moderadamente ya que es la principal acción para sobrevivir.
“Hay diversos estudios que relacionan variables externas relacionadas con la alimentación, tales como los horarios de comida, hábitos alimentarios, posturas, velocidad de masticación, ingesta de líquidos, etc., Y cómo éstas influyen en la ganancia de peso, en la glicemia y otros parámetros que se modifican al ingerir alimentos. Ahora, que solamente atribuyan problemas de digestión por el hecho de ingerir alimentos al estar de pie, no”, señala Pamela.
Aristóteles en su época ya recomendaba comer sentado frente a una mesa para favorecer la digestión. Sin embargo en la antigua Grecia la mayoría de las personas comían recostadas al igual que algunos países asiáticos.
Según un estudio encabezado por Gregory J. Privitera, de la Universidad de Saint Bonaventure, New York, sostienen que el fenómeno de la velocidad de ingesta de alimentos cuando se está de pie afecta la sensación de saciedad. Su conclusión fue que al comer rápido no nos satisfacemos, provocando que comamos más de lo indicado.
Popularmente se cree que comer de pie causa dispepsia (hinchazón), indigestión y gastritis. Pero no es del todo verdadero. No es que haga mal, sino que no es la posición ideal. Según Pamela Díaz, nutricionista de la Clínica Alemana comer de pie hace que “nuestro cuerpo derive sangre hacia la musculatura de las piernas, dejando con menos flujo al tracto intestinal, entorpeciendo la llegada de elementos necesarios para el transporte de nutrientes al resto de los órganos”.
De acuerdo al Sistema Nacional de Salud de Inglaterra y Gales, la dispepsia no es producida por la postura al comer, sino que otros hábitos como fumar, consumir alcohol y una alimentación desequilibrada.
La especialista de la Universidad de Chile dice que no necesariamente comer de pie provoca indigestión, que depende de cada persona y del tipo de alimentos que se consuma. “Probablemente si es una dieta alta en grasas la digestión sea más lenta. Algunas personas recurren a una caminata después de comer para “digerir” mejor los alimentos, esto es porque junto con los efectos de la gravedad para que los alimentos avancen por el tubo digestivo, aumenta el peristaltismo (movimiento natural y fisiológico del organismo para la absorción de nutrientes), agrega.
Recomendaciones
Como bien decía Aristóteles, la mejor posición para comer es sentada con ambas piernas apoyadas en el suelo y sin distractores como televisión, computador o revistas. Se debe masticar lento para darle tiempo al cerebro de asimilar la ingesta de alimentos y darle señal para inhibir el apetito. Es necesario, además, descansar después de comer para que el flujo de sangre se concentre en el estómago e intestino y así absorber mejor los nutrientes.
Es por eso que da tanto sueño después de almuerzo: hay una cantidad mínima de concentración de sangre que llega al cerebro porque la mayoría está trabajando en la digestión.
Si bien ninguna de estas investigaciones es definitiva, porque no se puede comprobar lo contrario, es importante que comer sea un momento de conciencia, de una instancia social para compartir en familia, con la pareja o con los amigos, pero siempre moderadamente ya que es la principal acción para sobrevivir.
“Hay diversos estudios que relacionan variables externas relacionadas con la alimentación, tales como los horarios de comida, hábitos alimentarios, posturas, velocidad de masticación, ingesta de líquidos, etc., Y cómo éstas influyen en la ganancia de peso, en la glicemia y otros parámetros que se modifican al ingerir alimentos. Ahora, que solamente atribuyan problemas de digestión por el hecho de ingerir alimentos al estar de pie, no”, señala Pamela.
Fuente:Emol