Todos aman el voto hispano
Los hispanos de EE.UU. marcan un nuevo récord: ya son el 11 por ciento del total del electorado norteamericano
Los hispanos de Estados Unidos con derecho al voto en las elecciones legislativas del próximo martes suponen un nuevo récord: son 25,2 millones de personas, lo que constituye el 11 por ciento del electorado.
Aunque en recientes elecciones han contribuido sustancialmente a triunfos demócratas, esta vez están más repartidos: el 57 por ciento de los latinos dicen que el martes votarán candidatos demócratas, frente el 65 por ciento que dijeron que lo harían en las elecciones, también de medio mandato, de 2010. De acuerdo con el estudio de Pew Research, la intención del voto para los republicanos ha subido del 22 por ciento al 28 por ciento.
De todos modos, su voto importará poco ahora, si bien volverá a ser decisivo en las presidenciales de 2016. La cuestión es que en las circunscripciones ahora más disputadas apenas hay residentes hispanos. El 4 de noviembre se elige un tercio del Senado y toda la Cámara de Representantes. Los hispanos representan este año menos del 5 por ciento del censo electoral en nueve de los diez estados donde tienen lugar las carreras senatoriales más reñidas. En cuanto a la Cámara de Representantes, en los distritos que los republicanos defienden, los hispanos son solo el 6,7 del censo.
Las encuestas predicen que los republicanos mantendrán la mayoría que tienen en la Cámara de Representantes y pueden ganar el control en el Senado. Las dos cosas podrían suceder incluso si todo el voto hispano fuera para los demócratas, según un estudio de Upshot.
Reforma migratoria
Esto explica que los republicanos no hayan tenido prisa en tramitar la pendiente reforma inmigratoria. A partir del 4 de noviembre, la política estadounidense entrará ya en la larga preparación de las presidenciales de 2016 y los republicanos necesitan congraciarse con la población hispana. Se calcula que, para ganar, un presidenciable republicano necesita al menos un 40 por ciento del voto hispano, cifra alcanzada por George Bush en 2004. En 2008, John McCain se quedó en el 31 por ciento; en 2012, Mitt Romney bajó al 27 por ciento.
A pesar del peso en la carrera presidencial, la población hispana tiene menos influencia de la que le correspondería por su volumen en el marco político estadounidense. Los 52 millones de residentes con origen hispano suponen el 17 por ciento de la población, pero solo el 49 por ciento de ellos puede votar, un porcentaje que entre los blancos no hispanos llega al 74 por ciento. Esa diferencia se debe a que entre los hispanos hay más menores de 18 años (estos son el 28 por ciento, frente al 22 por ciento que suponen entre los blancos no hispanos) y hay menos personas con nacionalidad estadounidense (el 69 por ciento son ciudadanos, frente al 96 por ciento en el caso de los blancos no hispanos).
Pero incluso aunque tengan derecho al voto, los hispanos acuden menos a las urnas. En las presidenciales del 2012, solo el 48 por ciento de los electores hispanos fue a votar, frente al 64 por ciento en el caso de los blancos no hispanos y el 66,2 por ciento de los afroamericanos.
Fuente:ABC