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domingo, 29 de julio de 2012

EL HOMBRE ANDROPÁUSICO


Cuando los hombres comienzan a llegar a una edad madura, al igual que las mujeres, también tienen sufren su propio "climaterio" con cambios hormonales que alteran su vida física, emocional y sobre todo sexual.

Para ellos, el término que lo designa es andropausia.


La andropausia es un síndrome que está definido por un conjunto de síntomas, que los afectan a partir de los 40 años en adelante, causando estragos directamente a su virilidad, por la baja del deseo sexual y la disfunción eréctil. Pero no es solo eso.

"También se reduce su capacidad física, andan más cansados y con menos energía. Se nota una pérdida de masa muscular y en algunos casos, de la densidad ósea, aunque esto último debe confirmarse a través de un examen clínico", explica el doctor Pedro Acuña, urólogo de la Clínica Ciudad del Mar.


Agrega que se le asocian, además, trastornos metabólicos, en cuanto a que habría un aumento del azúcar en la sangre y de lípidos, por lo cual subirían de peso. Incluso se dice que tienen mayor dificultad para concentrarse. Es que la "menopausia masculina", es igual de intensa que la menopausia que viven las mujeres.


Según cifras que entrega Vidaintegra, la patología aqueja al sexo masculino, entre los 40 y los 59 años a un 12% de los varones; entre los 60 y los 70 años a un 20%, y en los mayores de 70, puede llegar hasta un 30%. Sin embargo, independiente de la edad, en hombres con diabetes u obesidad mórbida los índices se elevan hasta un 30%.


 
No confundir

Aunque los porcentajes son bajos. Los varones no deberían hacerse los lesos ni creer que el envejecimiento no los afecta. Al contrario, es de suma importancia conocer los síntomas para frenar la patología, mantener la calidad de vida y no confundir con un cuadro de estrés o que el "viejo" está mañoso por que sí. Más aún, cuando la edad no siempre refleja la condición anímica de una persona.


Porque, no por llegar a una edad madura significa que el garbo se pierde y que el guapo seductor se vaya para la casa, porque engordó, está enfermo y más encima perdió la libido.


Como sea, todos los hombres son distintos.


"La mayoría no consulta porque asocia los síntomas al envejecimiento normal", comenta el doctor Marcelo Marconi, urólogo de Vidaintegra. Es más, dice que muchas veces son las mujeres las que le piden a sus parejas que consulten, porque lo primero que se ve afectado con la andropausia es el deseo sexual y el mal genio.

Las causas

Pedro Acuña señala que la "menopausia masculina" es un tema que está de moda pero que siempre ha existido. "Lo que pasa es que ahora es más común creo por el tipo de vida que se lleva, la alimentación y porque el diagnóstico es más preciso por los exámenes exactos que se realizan, ya que también es posible encontrar casos de andropausia precoz".

Cuando se incluye en los síntomas conocidos alteraciones de sueño, ganas de llorar, irritabilidad, manos y pies fríos y dificultad para concentrarse, está claro lo que sucede: Andropausia.

"Si uno tiene esta asociación de síntomas hay que pedir exámenes de sangre para medir la testosterona, que es la hormona que se encarga de los caracteres sexuales secundarios, del deseo y la masa muscular", define Acuña.



Tratamiento multifactorial

Una vez que se tiene el diagnóstico aparece la posibilidad de tratar y corregir los trastornos de deseo, impotencia, disfunción eréctil, lípidos y azúcar. En ese sentido, el doctor Acuña, aclara que tratamiento es multifactorial.

"La clave es que tratemos con testosterona sintética, que puede ser administrada por inyecciones intramusculares en forma mensual o trimestral o mediante o mediante la aplicación de un gel en hombros o abdomen, con la precaución de evitar el contacto por los efectos secundarios que produce en alguien que no la requiere".


De esta forma, asegura el especialista, mejora la síntesis de proteínas, de la masa muscular, depósitos de calcio en los huesos, mejora el colesterol. "Es decir, mejora la calidad de vida de los hombres y se traduce recuperación del apetito sexual y disfunción sexual, que son los principales motivos de consulta".

Sin embargo, es necesario considerar que el uso excesivo de esta sustancia puede tener consecuencias negativas. "Podrían generarse alteraciones en el hígado, porque se transforma en estrógeno, haciendo crecer las mamas, disminuyendo el deseo sexual, y los testículos se pueden atrofiar", indica Marcelo Marconi.


Entonces, indica que cuando se inicia el tratamiento con esta hormona, habitualmente el testículo reduce de tamaño y deja de producir espermatozoides y testosterona, por lo que es posible que en el mediano plazo -seis a nueve meses- el paciente pueda quedar infértil.

"En los pacientes jóvenes y que quieran ser padres es preferible utilizar otro tipo de terapias, como fármacos que estimulan la producción de testosterona. En caso de querer seguir una terapia hormonal, es aconsejable congelar espermatozoides", asegura el especialista de Vidaintegra.



Tipos de andropáusicos

La escritora y psicóloga argentina Beatriz Goldberg investigó el tema y clasificó a los "hombres maduros", en su libro. "Como convivir con un andropáusico" (Editorial Lumen).


El objetivo, ayudar a dilucidar la respuesta de ¿con qué tipo de andropáusico convivo? Y de paso, advertir que cualquiera sea el tipo, requerirá de paciencia, comprensión y buena onda.


Cartersiano: Es el que vive haciendo filosofía, planteándose todo lo que le ocurre.


Duro: El que intenta demostrar fortaleza. Sabe que su testosterona está en baja pero finge que no le importa.


Nostálgico: Es quien está en constante búsqueda de la tetosterona perdida. Vive del pasado y le encanta hacer alarde de lo que hizo en tiempos mejores.


Creativo: Asume la edad que tiene y actúa en consecuencia. Sabe reconocer los años vividos, no se tiñe el pelo ni intenta esconder su calvicie.


Científico: Prueba de todo para mantenerse joven. "Con tal de que la vejez no lo encuentre, se mete en un tubo de ensayos. Es el que se tiñe y se somete a todo tipo de tratamientos".

Vergonzante: Pasa el día entero mirándose al espejo.


 
Fuente:El Mercurio

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