CAMPANAZOS

miércoles, 3 de octubre de 2012

LOS IRREMEDIABLES RESFRIADOS

 
 
 
 
Otoño. Esa estación en la que lo mismo hace un frío inclemente, que al día siguiente un sol radiante. Días de caída de hojas y puede que de lluvia en una mañana que había amanecido despejada. Y, por supuesto, estación de resfriados por antonomasia.
 
Aunque los catarros pueden aparecer en cualquier época del año, es común que en los meses de septiembre y octubre las toses, estornudos, dolores de cabeza y de garganta se agudicen por los cambios climáticos, lo que hace que también sea el momento propicio para anunciar los 'milagros' de varios compuestos vitamínicos que, según explican, evitarán pasar por tan fastidiosos síntomas.
 
Pero la realidad se empeña en ser más terca. Esta vez es la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, la encargada de desmontar tales beneficios y llegar a la conclusión de que, en el caso de los suplementos de vitamina D, no son esa 'llave mágica' que nos permita escapar de la cantidad o severidad de los resfriados. Los resultados los sacan a la luz desde las páginas del 'Journal of the American Medical Association ' (JAMA).
 

Ni reducen ni alivian

A la vista de los pocos estudios que se han realizado hasta la fecha sobre la efectividad de estos compuestos, el grupo capitaneado por el doctor David R. Murdoch realizó un ensayo aleatorio para examinar los efectos de los suplementos de vitamina D tanto en la incidencia como en la dureza de los resfriados escogiendo a un total de 322 adultos sanos, de los que la mitad recibieron estos suplementos y la otra mitad sólo placebos durante un total de 18 meses.
 
"El grupo que tomaba estos compuestos ingirió dosis orales de 200.000 UI [unidad internacional que mide la cantidad de esta sustancia] durante los dos primeros meses y el resto de tiempo 100.000 UI. El grupo control recibía las mismas cantidades de placebo de la misma forma", explica Murdoch, que analiza los resultados: "Atendimos a variables como el número de infecciones respiratorias, la duración de los síntomas de cada episodio y el número de días que estos resfriados impidieron a las personas analizadas acudir a sus puestos de trabajo".
 
Para este investigador, los datos hablan por sí solos. "Hemos encontrado que no hay diferencias estadísticamente ni epidemiológicamente significativas entre ambos grupos", asegura, "En total, hubo 593 catarros del grupo de los suplementos de vitamina D por 611 de los del grupo placebo, lo que no representa una diferencia a tener en cuenta", indica el doctor Murdoch.
 
"El promedio de la duración de los síntomas era de 12 días en cada grupo, mientras que la media de abstención al trabajo por estos resfriados era de menos de uno también en ambos grupos", afirma.
 

Resultados de esperar

Para los especialistas consultados por ELMUNDO.es los datos eran de esperar. "Más que nada porque vienen a confirmar lo que otros estudios ya han empezado a indicar", explica José María Molero, médico de familia y miembro del grupo de enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC).
 
"Siempre se está especulando sobre este tipo de complementos y es cierto que estos meses son época propicia para que los herbolarios vendan estos suplementos, pero la realidad es que no hay ninguna evidencia científica de que den algún resultado significativo sobre la prevención o alivio de los síntomas de gripe y resfriados fuertes", afirma este especialista.
 
Molero señala que el suplemento de vitamina D estudiado sí puede ser beneficioso para aquellos que tengan un déficit de esta vitamina y sufran enfermedades como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), "pero si hablamos de pacientes sanos como son los estudiados, los resultados vienen a ser muy similares a los de otros compuestos que se venden como panaceas contra los catarros".
 
Entre ellos, Molero habla de los compuestos de vitamina C, E, las equináceas o el zinc. "los clásicos para atajar estos síntomas o tratar de prevenirlos".
 
 
 
"Como en el caso de la vitamina D, los compuestos de vitaminas C o E no han demostrado hasta el momento, y de forma científica, ninguna efectividad especial. De forma preventiva, es cierto que en alguno estudios se ha observado una mínima reducción de los casos, pero realmente escasa; mientras que tomados cuando ya notas los síntomas no han reducido ni el tiempo ni la severidad de los resfriados", resume. Sin embargo, en el caso de la vitamina recuerda que "en los pacientes con estrés físico, como los atletas, sí parece que rebaja la incidencia de resfriados, pero no es aplicable a la población general", recuerda.
 
En cuanto a las equináceas, este especialista asegura que se presentan de tantas formas y con tantos compuestos que su efectividad es mucho más complicada de analizar. Aun así, "tampoco se ha demostrado que acorte ningún síntoma ni tiempo ingeridos una vez se está resfriado. Igualmente tampoco hay evidencia de que prevenga para nada. Además, en este caso hay que contar con algunos efectos secundarios, que no suelen ser habituales ni graves, pero que hay que saber, como son que dan problemas cutáneos", explica el doctor Molero.
 
Así, los únicos que han demostrado algo más de eficacia son los suplementos de zinc. En este caso, "hay evidencias que tomarlos cuando se tienen los primeros síntomas acorta entre dos o tres días los resfriados, así como alivia sus síntomas, mientras que de forma preventiva reduce las consecuencias de los catarros, como puede ser el absentismo laboral" indica. Pero incluso aquí hay una advertencia: "Estos suplementos suelen ser muy caros y hay que pensar en el coste-eficacia de los mismos. Quizá ahorrarse dos o tres días de catarro nos salga demasiado caro, y más como están las cosas. Además, cuenta con efectos secundarios desagradables, como las náuseas", explica.
 
Por todo ello, tanto el doctor Molero como el doctor José Luis Cañada Merino, coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), indican a ELMUNDO.es que "hay que plantearse si merece la pena tomarlos". "Lo que hay que tener claro es que a día de hoy no hay forma de prevenir un catarro. Para la gripe y otras infecciones son eficaces las vacunas y, sobre todo, las medidas higiénicas, pero para los resfriados no hay nada", asegura el doctor Cañada Merino
 
 
Fuente:El Mundo

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