Otoño. Esa estación en la que lo mismo hace un frío inclemente, que al día
siguiente un sol radiante. Días de caída de hojas y puede que de lluvia en una
mañana que había amanecido despejada. Y, por supuesto, estación de resfriados
por antonomasia.
Aunque los catarros pueden aparecer en cualquier época del año, es común que
en los meses de septiembre y octubre las toses, estornudos, dolores de cabeza y
de garganta se agudicen por los cambios climáticos, lo que hace que también sea
el momento propicio para anunciar los 'milagros' de varios compuestos
vitamínicos que, según explican, evitarán pasar por tan fastidiosos
síntomas.
Pero la realidad se empeña en ser más terca. Esta vez es la Universidad de
Otago, en Nueva Zelanda, la encargada de desmontar tales beneficios y llegar a
la conclusión de que, en el caso de los suplementos de vitamina D, no
son esa 'llave mágica' que nos permita escapar de la cantidad o severidad de los
resfriados. Los resultados los sacan a la luz desde las páginas del 'Journal of the
American Medical Association ' (JAMA).
Ni reducen ni alivian
A la vista de los pocos estudios que se han realizado hasta la fecha sobre la
efectividad de estos compuestos, el grupo capitaneado por el doctor David R.
Murdoch realizó un ensayo aleatorio para examinar los efectos de los suplementos
de vitamina D tanto en la incidencia como en la dureza de los resfriados
escogiendo a un total de 322 adultos sanos, de los que la mitad
recibieron estos suplementos y la otra mitad sólo placebos durante un total de
18 meses.
"El grupo que tomaba estos compuestos ingirió dosis orales de 200.000 UI
[unidad internacional que mide la cantidad de esta sustancia] durante los dos
primeros meses y el resto de tiempo 100.000 UI. El grupo control recibía las
mismas cantidades de placebo de la misma forma", explica Murdoch, que analiza
los resultados: "Atendimos a variables como el número de infecciones
respiratorias, la duración de los síntomas de cada episodio y
el número de días que estos resfriados impidieron a las personas analizadas
acudir a sus puestos de trabajo".
Para este investigador, los datos hablan por sí solos. "Hemos encontrado que
no hay diferencias estadísticamente ni epidemiológicamente
significativas entre ambos grupos", asegura, "En total, hubo 593
catarros del grupo de los suplementos de vitamina D por 611 de los del grupo
placebo, lo que no representa una diferencia a tener en cuenta", indica el
doctor Murdoch.
"El promedio de la duración de los síntomas era de 12 días en cada
grupo, mientras que la media de abstención al trabajo por estos
resfriados era de menos de uno también en ambos grupos", afirma.
Resultados de esperar
Para los especialistas consultados por ELMUNDO.es los datos eran de esperar.
"Más que nada porque vienen a confirmar lo que otros estudios ya han empezado a
indicar", explica José María Molero, médico de familia y miembro del grupo de
enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y
Comunitaria (SemFYC).
"Siempre se está especulando sobre este tipo de complementos y es cierto que
estos meses son época propicia para que los herbolarios vendan estos
suplementos, pero la realidad es que no hay ninguna evidencia
científica de que den algún resultado significativo sobre la prevención
o alivio de los síntomas de gripe y resfriados fuertes", afirma este
especialista.
Molero señala que el suplemento de vitamina D estudiado sí puede ser
beneficioso para aquellos que tengan un déficit de esta
vitamina y sufran enfermedades como el asma o la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC), "pero si hablamos de pacientes sanos como son los
estudiados, los resultados vienen a ser muy similares a los de otros compuestos
que se venden como panaceas contra los catarros".
Entre ellos, Molero habla de los compuestos de vitamina C, E, las equináceas
o el zinc. "los clásicos para atajar estos síntomas o tratar de
prevenirlos".
"Como en el caso de la vitamina D, los compuestos de vitaminas C o
E no han demostrado hasta el momento, y de forma científica,
ninguna efectividad especial. De forma preventiva, es cierto
que en alguno estudios se ha observado una mínima reducción de los casos, pero
realmente escasa; mientras que tomados cuando ya notas los síntomas no han
reducido ni el tiempo ni la severidad de los resfriados", resume. Sin embargo,
en el caso de la vitamina recuerda que "en los pacientes con estrés físico, como
los atletas, sí parece que rebaja la incidencia de resfriados,
pero no es aplicable a la población general", recuerda.
En cuanto a las equináceas, este especialista asegura que se
presentan de tantas formas y con tantos compuestos que su efectividad es mucho
más complicada de analizar. Aun así, "tampoco se ha demostrado que
acorte ningún síntoma ni tiempo ingeridos una vez se está resfriado.
Igualmente tampoco hay evidencia de que prevenga para nada. Además, en este caso
hay que contar con algunos efectos secundarios, que no suelen ser habituales ni
graves, pero que hay que saber, como son que dan problemas cutáneos", explica el
doctor Molero.
Así, los únicos que han demostrado algo más de eficacia son los
suplementos de zinc. En este caso, "hay evidencias que tomarlos
cuando se tienen los primeros síntomas acorta entre dos o tres días los
resfriados, así como alivia sus síntomas, mientras que de forma
preventiva reduce las consecuencias de los catarros, como puede ser el
absentismo laboral" indica. Pero incluso aquí hay una advertencia: "Estos
suplementos suelen ser muy caros y hay que pensar en el
coste-eficacia de los mismos. Quizá ahorrarse dos o tres días de catarro nos
salga demasiado caro, y más como están las cosas. Además, cuenta con efectos
secundarios desagradables, como las náuseas", explica.
Por todo ello, tanto el doctor Molero como el doctor José Luis Cañada Merino,
coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad
Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), indican a ELMUNDO.es que
"hay que plantearse si merece la pena tomarlos". "Lo que hay que tener claro es
que a día de hoy no hay forma de prevenir un catarro. Para la
gripe y otras infecciones son eficaces las vacunas y, sobre todo, las medidas
higiénicas, pero para los resfriados no hay nada", asegura el doctor Cañada
Merino
Fuente:El Mundo
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