Los industriales hondureños avalan el retorno de Zelaya
El presidente de la Asociación de Industriales de Hondureños, que apoyó el golpe de Estado, apuesta por esposa del ex presidente como opción de cambio
A tres semanas de las elecciones hondureñas, el Partido Libre, que lidera el expresidente Manuel Zelaya, se ha convertido en la única opción factible de cambio ante la continuidad del gobierno actual. Ante un empate técnico entre el candidato oficialista y la esposa del exmandatario, y con el resto de partidos a más de 12 puntos de diferencia, los actores se reposicionan. En la presentación del programa de Libre se personaron la embajadora de EE UU en Honduras, Lisa Kubiske y Adolfo Facussé, el presidente de la Asociación Nacional de Industriales, que agrupa alrededor de 600 medianas y grandes empresas.
Adolfo Facussé forma parte de una de las estirpes empresariales más poderosas del país, donde se cuenta el mayor terrateniente hondureño y un expresidente liberal, y él mismo está considerado por el Departamento de Estado de Estados Unidos como uno de los artífices del golpe que derrocó hace cuatro años a Zelaya. De hecho en aquel entonces Facussé le dijo a esta periodista que el golpe había sido un mal menor: “Si vas manejando y se te cruza un perro en un lado de la calle y una señora del otro, ¿qué haces? Matas al perro por no matar a la señora”. Ahora parece que el mal menor es el regreso de Zelaya como asesor de su esposa, Xiomara Castro, la primera mujer presidenciable en Honduras. Al candidato oficialista, Juan Orlando Hernández –quién le pisa los talones a Castro en las encuestas– Facussé lo califica como “un pequeño dictador en ciernes”. “Él ha destruido el sistema de separación de poderes, destituyó sin procedimiento a cuatro magistrados de la Corte Suprema, su partido presionó hasta controlar la fiscalía, bajo este gobierno ha habido una corrupción enorme y un despilfarro tremendo y somos el país más violento del mundo. Hay que cambiar”, agrega..
Dos terceras partes de hondureños sobreviven con menos de dos dólares al día, 1.800.000 más que hace cuatro años
Honduras es un país en quiebra. Según un estudio publicado este miércoles por el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Washington el crecimiento anual del gobierno de Zelaya fue de un 5,7% mientras en la actual legislatura solo llegó al 3,5%. La desigualdad se disparó y en un país de 8,2 millones de habitantes dos terceras partes sobreviven con menos de dos dólares al día, 1.800.000 personas más que hace cuatro años.
Esta situación también afecta a los empresarios, que ven disminuir sus negocios. “¿De qué nos sirve a nosotros una población muerta de hambre? ¿Qué negocio hacemos nosotros?” confiesa Facussé y propone avanzar en un modelo similar al de Brasil o Ecuador. En ese sentido apuesta por “un gobierno de izquierdas que llegue a un acuerdo con la empresa privada, estamos con Xiomara siempre que no instigue la confrontación”.
Facussé describió así el golpe: "Si vas manejando y se te cruza un perro y una señora, ¿qué haces? Matas al perro por no matar a la señora"
Estas declaraciones suponen un cambio de giro radical para un sector de la patronal que en 2009 se enfrentó abiertamente con Zelaya a raíz del incremento en un 60% del salario mínimo urbano y su propuesta de reformar la Constitución. Ahora Castro vuelve a levantar la bandera de instaurar una Asamblea Constituyente como uno de sus pilares de campaña. Los industriales ahora no se oponen, solo ponen como condición que sea dentro del Congreso. “Que se cree una asamblea revisora o independiente donde puedan ir los talentos que tiene el pueblo hondureño. Gente capaz, inteligente y honesta que busque un consenso para la transformación de Honduras, y se someta a un plebiscito”, explica su líder.
Para el sociólogo hondureño Eugenio Sosa este giro ideológico se enmarca dentro de la coyuntura actual donde cabría una victoria de Castro con un congreso fragmentado en nueve fuerzas políticas. “Libre no va a poder en una legislatura cambiar el modelo económico, va a hacer política social a favor de los pobres, pero no pondría en peligro a la empresa privada. Lo han visto en Nicaragua, en Sudamérica. Y por otro lado Juan Orlando Hernández tiene un grupo de poder que lo apoya, que son las élites más emergentes, pero a gran parte de las élites tradicionales las ha tenido desplazadas. Yo no desconocería que hayan existido conversaciones y negociaciones
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Fuente:El País.
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