CAMPANAZOS

jueves, 3 de julio de 2014

EX PRESIDENTE SARKOZY DETENIDO

Nicolas Sarkozy. El historial negro del expresidente de Francia 

El traslado se concretó en un vehículo del tribunal, acompañado por su custodio personal y una de las dos magistradas que instruyeron el sumario. - See more at: http://www.oem.com.mx/laprensa/notas/n3449333.htm#sthash.cvNxikRV.dpuf



PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue colocado en prisión preventiva, sospechado de tráfico de influencia y violación del secreto de la instrucción en varios casos. Al cabo de casi 15 horas de interrogatorio, fue presentado ante el juez.


Es la primera vez en la historia de la Quinta República francesa, fundada por el general Charles de Gaulle en 1958, que un exjefe del Estado es sometido a ese régimen que, por lo general, constituye el preámbulo a una acusación formal.

El régimen de prisión preventiva está rodeado de una serie de medidas humillantes concebidas para colocar a los delincuentes bajo fuerte presión psicológica. En esos casos, el sospechoso -aunque sea un expresidente de Francia- debe quitarse los cordones de los zapatos, entregar su cinturón, someterse a un examen médico y comer una vianda servida en una simple bandeja de plástico a horas precisas.

La detención provisoria, excepto en ciertos casos de terrorismo, no puede durar más de 48 horas. 

Convocado por los magistrados de la Oficina Central de Lucha contra la Corrupción y las Infracciones Financieras y Fiscales (OCLCIFF) de la dirección central de la policía judicial, el interrogatorio de Sarkozy comenzó a las 8 de la mañana. Poco antes habían sido detenidos tres presuntos cómplices: su propio abogado, Thierry Herzog, y dos altos jueces de la Corte de Casación, Gilbert Azibert y Patrick Sassous. 

El traslado se concretó en un vehículo del tribunal, acompañado por su custodio personal y una de las dos magistradas que instruyeron el sumario.

Con paciencia infinita y en la más absoluta discreción, las juezas de instrucción Patricia Simon y Clire Thépaut intentaron descubrir desde hace meses una red de personalidades que habrían informado a los allegados de Sarkozy -o al propio expresidente en persona- sobre los detalles de varios casos judiciales que le conciernen, en particular la supuesta financiación ilegal de su primera campaña presidencial en 2007 por Lilianne Bettencourt, la rica heredera del imperio de cosméticos L'Oréal. En ese caso fue absuelto.

Sus actuales contrariedades con la justicia proceden de otra investigación: la posible financiación -también ilegal- de la misma campaña presidencial de 2007 con fondos del exlíder libio Muammar Kadhafi. Durante la investigación de ese caso, unas intercepciones telefónicas -ordenadas por la justicia en enero y febrero de 2014- revelaron que Sarkozy y su abogado parecían conocer perfectamente el curso de los trabajos de la Corte de Casación en el caso Bettencour.

Los jueces también descubrieron que ambos hombres parecían al tanto de las escuchas en curso al punto de teléfonos celulares comprados con nombres falsos. Ese comportamiento explica la acusación de "violación del secreto de la instrucción".

Los presuntos informantes del ex presidente serían Gilbert Azibert, primer abogado fiscal de la Corte de Casación, y Patrick Sassous, fiscal general ante la Cámara Criminal de esa alta jurisdicción. Los contactos se realizaban a través de su abogado Thierry Herzog. Azibert y Herzog se conocen desde hace décadas.

Según las conversaciones interceptadas, Azibert esperaba el apoyo de Sarkozy para obtener un importante puesto en Mónaco. Según el artículo 433-2 del Código Penal francés, el tráfico de influencia está penado con cinco años de prisión y 500 mil euros de multa.

Considerado por los investigadores como "comanditario" del montaje, Sarkozy cargaría  con el mayor peso de la culpa al terminar inculpado por los jueces. 

La suerte reservada a Thierry Herzog y a los otros dos altos magistrados -que fueron detenidos el lunes, 24 horas antes que Sarkozy- debía dar una ajustada indicación de la situación del expresidente. Herzog y Azibert fueron oficialmente inculpados poco antes de medianoche.

Los numerosos "affaires" que asedian a Nicolas Sarkozy desde que dejó el poder en mayo de 2012 comprometen sus proyectos de regresar a la escena política. Sus admiradores lo apremian a dar ese paso lo antes posible y, sobre todo, a ser candidato en las presidenciales de 2017 a fin vengarse de François Hollande, que lo derrotó hace dos años.

En realidad sus admiradores quisieran incluso precipitar su regreso para que pueda estar presente en en noviembre, cuando su partido, la Unión por una Mayoría Popular (UMP), organice su congreso y elija a su nuevo líder.

Todos esos planes dependen de las numerosas investigaciones judiciales que lo tienen como protagonista, y que el expresidente califica de "intentos de sus enemigos" para impedirle regresar a la vida política.

En el caso de la supuesta financiación de su campaña por Kadhafi, la justicia no halló todavía ninguna evidencia. A su vez, el expediente Bettencour concluyó en octubre pasado con un sobreseimiento. Por el contrario, aún permanece sin concluir una investigación sobre un arbitraje privado decidido por quien fue su ministra de Economía, Christine Lagarde, actual directora del FMI, que permitió al hombre de negocios Bernard Tapie cobrar 400 millones de euros de dinero público. 

La justicia sospecha a Sarkozy de haber sido, una vez más, el inspirador de esa decisión.

También sigue su curso el caso de los sondeos encargados por el Palacio del Elíseo durante su presidencia. Sarkozy habría adjudicado esos estudios -sin licitación pública- a consejeros directos, propietarios de encuestadoras, por un valor global de 300 millones de euros.

El más grave de todos tal vez sea el llamado caso "Bigmalion", empresa encargada por la UMP de organizar las veladas y reuniones de su última campaña presidencial. Dirigentes de esa sociedad y del partido reconocieron haber editado falsas facturas para ocultar las extravagantes sumas consumidas en esos meses, que superaron con creces el límite legal fijado por el Estado, de 22 millones de euros. Sarkozy afirma que nunca supo lo que sucedía.

Sarkozy no es el primer presidente a quien la justicia pide cuentas. En 2011, su predecesor, Jacques Chirac, fue hallado culpable de malversación de fondos públicos en un caso de empleos ficticios, cuando era alcalde de París. La pena de prisión fue suspendida debido a su edad y su estado de salud. -


Fuente:La Prensa.mx.

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