Llega a su destinatario de forma inesperada 53 años después
Carta de amor recibida 53 años después
José Saramago, el novelista portugués, tenía toda la razón. Como muy bien dijo una vez: «nadie puede verter lágrimas de amor sobre un e-mail». Por mucho que nos empeñemos, las nuevas tecnologías no sirven para el amor. El correo electrónico, breve y conciso, no puede expresar de forma profunda y sincera lo que una persona siente, esto es porque entre el que ama y el ser amado existe un muro, una barrera imposible de traspasar: la fría pantalla del ordenador.
Atrás quedaron las cartas perfumadas, con mensajes casi en verso que erizaban los sentidos, los besos pintados de carmín estampados en todas las hojas, los corazones dibujados en las esquinas... Esas cartas que solo con leerlas, sabías cómo se sentía la persona mientras la escribía. Y qué decir sobre ese momento en el que llegas a casa, abres el buzón y entre todas esas facturas y publicidad encuentras algo que no te esperabas: una confesión de amor verdadero.
Todo apuntaba a que, hoy en día, los correos eléctronicos habían acabado con el romanticismo propio de las relaciones amorosas. Pero el descubrimiento de una misteriosa carta de amor dirigida a un estudiante universitario estadounidense ha hecho que la esperanza reviva de nuevo.
Y, de repente, llegó
La carta apareció misteriosamente en la California University of Pennsylvania, en el estado de Pennsylvania, en el noreste de Estados Unidos, hace diez días.
El azar ha querido que una carta de amor dirigida a Clark C. Moore llegue a su destino, aunque un poco más tarde de lo esperado, ya que el susodicho cambió su nombre a Muhammad Siddeeq, lo que hizo más difícil el proceso de enviarle su correspondencia.
La carta de dos páginas, con fecha del 20 de febrero de 1958 en el matasellos, tiene una firma muy especial: «te amaré siempre, Vonnie». Se trata de una declaración de amor escrita por quien sería, años más tarde, su mujer, y por fín ha llegado a su destino, 53 años después de que fuera despachada.
Un final amargo
Sin embargo, no todas las historias de amor tienen un final feliz...al menos no ésta. Se equivocaban al decir que «más vale tarde que nunca», porque el amor, a veces, no dura para siempre. Vonnie envió la carta a Clark C. Moore, un joven universitario loco por ella, pero, en cambio, la ha recibido Muhammad Siddeeq, un profesor jubilado, de 74 años, que, por circunstancias de la vida, actualmente está divorciado de la escritora de la carta.
El destinatario reconoce que, al recibir la carta, ha sentido una mezcla de emociones extraña ahora que Vonnie y él están divorciados. Pero ha asegurado al periódico Washington's Observer-Reporter que se moría de ganas de leerla como si fuera «un recuerdo de sinceridad, interés e inocencia de esa época».
Fuente:ABC/Madrid
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