Un amargo balance en México de la guerra contra los narcos.
Esa montaña de víctimas se produjo en los últimos seis años. El secuestro creció 83% y también los robos. Son datos oficiales que incluyó el nuevo gobierno de Peña Nieto en su programa de seguridad.
Horror. El brazo inerte de una víctima sobre un charco de sangre en una calle de Acapulco. El nuevo gobierno del PRI modifica el plan de guerra contra la mafia que ahora liderará la Policía. /AFP
¿Qué piensa el nuevo presidente mexicano Enrique Peña Nieto sobre la violencia de los carteles? ¿Cómo acabará con el goteo de 31 muertos diarios? ¿Mantendrá al ejército en la calle? ¿Dónde están los desplazados, los desaparecidos….? ¿Existen?
Hasta hace una semana todas eran incógnitas sobre la estrategia que utilizaría el mandatario del PRI para frenar la ola de violencia más sangrienta en el país desde la Revolución. Un enigma que hábilmente dosificó durante toda la campaña, sabedor de que es el problema que más preocupa a los mexicanos. Cualquier tropezón en un tema tan sensible podría haberle hecho perder la holgada ventaja con la que ganó las elecciones.
Finalmente, un par de semanas después presentó su plan “anti- narco”. Y Peña Nieto ofreció varios remedios: una nueva policía, mando único que concentre todas las fuerzas de seguridad, nuevo código penal, más cárceles, ejército hasta que sea necesario … Pero como pasa con cualquier enfermo antes de operar, el nuevo gobierno del PRI hizo un diagnóstico del país que encontró. Un escenario que dejó helado al auditorio. Las ejecuciones a sangre fría son ya la segunda causa de muerte en México. El equipo de Peña Nieto hizo público algo tan sencillo como mostrar las cifras de muertos por la guerra contra los carteles. Hasta ahora esas cuentas las hacían los periódicos gracias al “ejecutómetro” que publican diariamente, pero nunca por boca de un funcionario público.
Pues, el nuevo gobierno confirmó que en los últimos 6 años murieron 70.000 personas y que el número de homicidios pasó de 10.000 muertes violentas en 2007 a 22.500 el año pasado. Las cifras resultaron ser exactas a las publicadas durante años por la prensa.
De los 70.000 muertos, el Secretario de Gobernación confirmó que hay 9.000 cuerpos sin identificar. La mayoría sicarios o “víctimas colaterales” por quienes nadie preguntó, pero de los que el Estado tampoco tenía conocimiento de su existencia; ni donde vivían, quienes eran sus padres, cuando nacieron … Si duro es el rostro del “México Bárbaro” de hoy, más cruda aún es la impunidad. Sólo 8 de cada 100 delitos se denuncia y de ellos, apenas el 15 por ciento se resuelve y en sólo el 1 por ciento se encarcela al culpable. En definitiva, otra vez apenas un 1 por ciento de los delitos se castigan.
El diagnóstico incluyó una larga lista de reproches a la estrategia de Felipe Calderón –el ex presidente del PAN que gobernó entre 2006-2012– de movilizar al Ejército y agitar el avispero. “En contraste con lo que presumió el Gobierno anterior, la captura de capos propició la fragmentación de grupos criminales pasando de un esquema de liderazgos verticales a uno horizontal, que los hace más violentos y mucho más peligrosos”, dijo el ministro Miguel Ángel Osorio Chong, el hombre fuerte de Peña Nieto en materia de seguridad.
Los reproches no terminaron ahí: “El secuestro se incrementó 83 por ciento y la extorsión 40 por ciento, el robo con violencia un 65 por ciento ...”.
La nueva estrategia de seguridad pretende que a partir de ahora la guerra contra el “narco” la encabece la Policía y no el Ejército. Para ello es necesario depurar los corruptos y mal pagados cuerpos policiales. Y es que la situación actual es patética. Según los datos oficiales el 61% de la policía cobra 315 dólares (cifra muy exigua en México) y 60 por ciento de los uniformados no tiene más que estudios primarios. La oficina de Derechos Humanos acumula casi 9.000 denuncias por tortura.
En esta dirección, Peña Nieto prometió poner en marcha la carrera policial (hasta ahora inexistente) para la formación de los mandos y la tropa. Habrá un mando único entre el gobierno federal y los gobernadores de los Estados y se creará una nueva fuerza: la Gendarmería Nacional, que contará con 10.000 hombres. Paralelamente se formarán 15 unidades especializadas en el combate al secuestro y extorsión y se propondrá un nuevo Código Penal.
Pero a la macabra catarata de muertos y cuerpos sin identificar heredados que se conoció el lunes, se sumaron los empresarios que confirmaron el viejo chiste que dice que la industria más próspera de México, la que siempre avanza y no deja pérdidas, es la del crimen organizado.
Según los empresarios, la inseguridad le cuesta al país el 0,75 % del Producto Interno Bruto. Un 24% de los casi 9.000 millones de dólares se van en pagar coimas, un 22% en robo de mercancías y el 14% en actos de extorsión. Fue una dosis perfecta de filtración de datos para anunciar el plan de seguridad de Peña Nieto.
Enlaces relacionados: Mis Quijotadas.¿Qué pasa en México?
Mis Quijotadas.México, el Estado vulnerable.
Fuente:Clarín
Enlaces relacionados: Mis Quijotadas.¿Qué pasa en México?
Mis Quijotadas.México, el Estado vulnerable.
Fuente:Clarín
No hay comentarios:
Publicar un comentario